sábado, 23 de abril de 2011

BUENAS INTENCIONES PERO MALOS RESULTADOS: LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1991


 
La Constitución del 91 fue la primera Carta de la historia nacional que no estuvo antecedida por la lógica de los vencidos y los vencedores. Por el contrario, el mayor antecedente de esta Carta fue la firma de varias paces.
Por José Cuesta Novoa, Subdirector del IDPAC y Gestor de Paz del M-19 en 1990.

El 4 de Julio de 1991 es una fecha importante para el país, pero lastimosamente para la mayoría de colombianos no representará nada, por padecer de amnesia colectiva. Este año se cumplen 20 años de vigencia de la constitución política de 1991, que es una de los hechos históricos más importante en la época contemporánea.
El contexto que antecedió la creación de la Asamblea Nacional Constituyente, era una sociedad que sucumbía ante la violencia generada por el narcotráfico, el paramilitarismo, las guerrillas y el terrorismo de estado, y además se le sumaba unas instituciones públicas ineficaces, corruptas y obsoletas que muy pocas veces colmaban las exigencias de la ciudadanía. Se mantenían estructuras sociales del siglo XIX, donde no se reconocían los derechos fundamentales de los afrodescendientes, indígenas, campesinos y otros sectores de la sociedad, además se negaba la centralidad que tenían las regiones en la construcción de la nación.
Ese escenario desolador en todos los sentidos que embargaba a los colombianos, varios actores, como políticos, intelectuales, estudiantes, académicos y trabajadores,  lograron impulsar la creación de una nueva constitución, que tenían como objetivo superar esas dificultades estructurales que imperaban. A través de una consulta popular se les pregunto a los colombianos si deseaban implantar una nueva constitución, la respuesta fue contundentemente afirmativa.
Dentro de los ciudadanos que conformaron la Asamblea Constituyente se veía reflejada la diversidad del país, participaron políticos tradicionales, ex guerrilleros, representantes de los afrodescendientes, indígenas, intelectuales, académicos sectores y movimientos independientes que de cierta forma dieron un tinte participativo al espacio.
Dentro de los cambios trascendentales, se pasó de una democracia representativa a una democracia participativa,  se creó la acción de tutela, se adoptó un estado social de derecho, se reconoció como un país pluricultural y multiétnico, donde se declaraba la existencia de grupos poblacionales como los afrodescendientes e indígenas que históricamente fueron excluidos.  Lo regional es central para el estado y se inició un proceso de descentralización de la institucionalidad, apostándole a la coadministración desde las regiones, se rompió la hegemonía de los partidos tradicionales (liberal y conservador) y se le da oportunidad a otras expresiones políticas para que entren a la arena electoral y  por último fue tratado de paz con los grupos guerrilleros.   
Los elementos señalados anteriormente, son a grandes rasgos los principales cambios que introdujo la constitución política del 91, que en última su intención fue apostarle a una sociedad más democrática con justicia social  y consolidación de la paz.  Pero después de cumplirse 20 años, hasta qué punto ha avanzado Colombia?
En materia de paz, la realidad demuestra que estamos extremadamente lejos de conquistarla, con vigencia de las estructuras guerrilleras, paramilitares, delincuenciales  fortaleciéndose y dinamizándose por el narcotráfico, que continúan acorralando a la democracia. Con una injusticia social aberrante y cada más abismal, donde los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Con unos “derechos fundamentales” como la educación, la salud  rigiéndose por la oferta y la demanda, pero menos por la necesidad de los ciudadanos. Unas instituciones públicas que apenas se modernizan a ritmo lento y las exigencias de la ciudadanía nos dan esperan.

               

sábado, 16 de abril de 2011

COLOMBIA, ENTRE LA DEMOCRACIA Y LA BARBARIE




Es una de mis travesías de viajar del centro histórico hacia mi humilde casa en la periferia de la ciudad, me encontré con un turista Francés con el cual inicié una conversación, me comentó que la percepción que tenia del país “era que Colombia era una de las democracias más antigua y estable de América Latina”, esa pequeña frase expresada por el extranjero, inmediatamente me hizo recordar, que esta es una tesis que hace rato se viene reafirmado desde los círculos académicos y políticos del país, que sin duda es mentirosa y poco realista.
 Un país donde se ha exterminado de manera silenciosa al movimiento sindical  con 2.700 muertes sin sumarle los desplazamientos y amenazas, la desaparición del partido  la unión patriótica con 5000 muertes, el desplazamiento forzado que tiene a este país en el vergonzoso segundo lugar a nivel mundial con 4.000.000 de desplazados, goza de ser el tercer país más desigual de América Latina y la tendencia es que aumente la brecha entre ricos y pobres, un sistema electoral anticuado, clientelista y corrupto.
La lista de razones que demuestran que estamos muy lejos ser una democracia es interminable,  pero lo preocupante es que esta elite dirigente y académica le miente al país descaradamente sobre la situación real,   además siguen consolidando y legitimando un manto de impunidad, violación de DDHH, muerte, asesinatos, desapariciones forzadas que en nada sirven o le apuestan a la construcción de procesos incluyente y democráticos a largo plazo, en esta porción de tierra ubicada en el norte de América del Sur.     


EN BUSCA DE LA REPARACIÓN Y RECONCIALIACIÓN

“Estábamos comiendo y de repente vinieron esos hombres, no sé identificaron, lo sacaron y se llevaron, al otro día me lo dejaron en la casa,...